Como ya dije en mi otro
post del 31-05-09, y disculpen la autocita:
"lo único que salva a los europeos, con tal pasado, de andar avergonzados por el mundo; lo único que impide que nos miren por encima del hombro naciones y continentes como los Estados Unidos, China, Rusia, La India, etc. es precisamente el actual estado del bienestar, las garantías sociales que se disfrutan en el seno de la unión europea. Elementos de protección social como la sanidad universal y gratuita, la educación, las garantías judiciales etc. etc. que disfrutamos en Europa, serían la envidia incluso de los norteamericanos, cuyos ciudadanos se jactan de vivir en el mejor país del mundo."
La concepción democrática individualista de los norteamericanos está troquelada hondamente en el espíritu social americano, de tal manera que no conciben que el colectivo, el estado, procure bienestar a quien no lo merece. Hace un par de meses tuve la oportunidad de viajar a California. Como siempre, el término colosal adquiere su verdadera dimensión al contemplar los logros de ese país, de esa sociedad. Como siempre, también, el contraste con la miseria: homeless por doquier, tirados. Y es que el norteamericano medio concibe la vida como una pugna, y el que se queda tirado, es por que se lo merece.
La realidad es muy otra, la cobertura sanitaria, depende de los trust privados, y es ofrecida como un bonus dentro del salario. Pero no es obligatoria. Los pequeños empresarios, agricultores, profesionales etc. etc. no pueden permitirse el pagar estos complementos a sus asalariados.
Como consecuencia de ello, si eres despedido, si te quedas sin empleo, te quedas por igual sin paro y sin seguridad social.Y ello puede suceder, como es normal, si tienes una larga enfermedad, como consecuencia, eres despedido del empleo y si no gozas de un seguro obligatorio, te ves condenado a la indigencia, sin ingresos y sin posibilidad de ingresos.
Esto que parece tan aberrante, es desde el punto de vista norteamericano, ley natural. Y sobre todo, el norteamericano medio no quiere que se le cargue con más impuestos de los necesarios. Tan es así que los anteriores intentos de reformar el sistema sanitario (el último, el llevado a cabo por Hillary Clinton) han fracasado estrepitosamente por que no fueron apoyados ni siquiera por los miembros de su propio partido.
Y es aquí donde quiero dejar mi reflexión: la total libertad de los congresistas (y senadores) norteamericanos para no obedecer la disciplina de partido, y si obrar en función de su fuero interno, hace posible que este
proyecto de ley de Obama haya sido rechazado por treinta y nueve de sus propios congresistas (los demócratas) mientras que ha sido apoyado por uno de los de la oposición republicana. El resultado: ha sido a probado por tan solo dos votos a favor.
Pero lejos de ser esta forma de actuar anárquica y poco conveniente, considero que esta libertad de voto (consagrada en nuestra constitución en el artículo 67.2 que dice "Los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo.") hace más fuertes y más representativos los consensos o las mayorías que se logren de este modo.
Y no pasa nada, nadie es represaliado y no hay reproches. el obrar en conciencia trae como consecuencia positiva unas leyes convenientes y que son, en muchos casos,
lo que la gente necesita, no lo que les conviene a los partidos en determinados momentos.
Nuestros partidos tienen la costumbre de bloquear la iniciativa personal, en aras de una unidad de acción que permita la consecución de ciertos objetivos. Pero el resultado final (disenso, división y sedición que deben ser imputados a ambos partidos por igual), no es más que la usurpación, tergiversación y dilución de todo esfuerzo humano en aras de unos objetivos políticos que anteponen la mera aritmética electoral por encima de todo. Un error de apreciación que está resultando dramático para muchos de sus simpatizantes y votantes, y que a la larga nos costará caro a todos.
Buen fin de semana.