Blog personal dedicado al análisis de la política nacional española y la local pitiusa y balear. Este es el blog de un militante de Unión Progreso y Democracia. Español, agnóstico, librepensador, demócrata.

jueves, 14 de enero de 2010

El consenso es la perfección de la democracia.


 

No parece necesario razonar el por qué es preferible que haya el mayor consenso posible en la toma de decisiones, aunque no es cuestión baladí. El consenso significa adoptar una corresponsabilidad en la toma de tales decisiones, y por lo tanto, acarrea consecuencias políticas. El consenso exige valentía en todas las partes y no es bocado del gusto del oportunista y el manipulador. Sin embargo, el escenario alternativo más habitual, la imposición por mayoría absoluta, no es menos problemático para las partes implicadas, puesto que elimina la posibilidad de participación en la acción de gobierno o asamblearia para todas aquellos componentes que hayan votado en contra de esa mayoría. Esto debilita la acción de gobierno, deslegitima las deliberaciones asamblearias y es fuente de desacreditación interna y externa. En definitiva es –considero yo- un funcionamiento intrínsecamente contradictorio con la naturaleza unitaria que se supone y espera en esos órganos de gobierno y/o normativos.

El consenso, en suma, representa la perfección de la democracia puesto que su consecución indica que se han alcanzado acuerdos asumibles por ambas partes. Este acuerdo lleva tácitamente implícito un mayor esfuerzo mental -de empatía- por amoldarse a los condicionantes y reparos de cada uno de los oponentes. En suma, representa un producto intelectual de mayor calidad que la mera imposición unilateral por parte de una mayoría absoluta y el grupo que la domina. Históricamente esto ha sido siempre fuente de progreso y bienestar. No en vano los cimientos de nuestra moderna democracia reposan en firmes pactos y consensos voluntarios de todas las fuerzas políticas: la constitución, pactos de la Moncloa, Pactos de Toledo, Pacto Antiterrorista, etc. etc.

Por otro lado en democracia representativa, el recurso al la mayoría simple o absoluta, dejando de lado o rechazando las aportaciones de los representantes que no pertenecen a la corriente mayoritaria representa en realidad la frustración de ese mandato de representación que los electores han depositado en esos grupos. Esto es nuevamente, intrínsecamente contradictorio con el sistema parlamentario y de representación, pensado para dar voz a la voluntad de todos los electores.

Así pues, la imposición unilateral de una mayoría absoluta, pero no suficiente para hablar de consenso (cual sería el caso de una mayoría cualificada) representa en sí misma una contradicción con las definición de una asamblea o gobierno: representatividad y unidad de acción, rotas parcialmente por llevar adelante  la acción de la mayoría oportunista, o dicho en palabras de John Stuart Mill: la tiranía de la mayoría.

Tales disgresiones vienen a cuento de un intercambio de ideas con algunos ciudadanos preocupados por la mala calidad de nuestra democracia. ¿Será casualidad que sean además miembros de UPyD? ¿Por qué no puedo entablar -o encontrame por casualidad- discusiones de este estilo con militantes de otros partidos?. Véase al respecto el excelente Blog de Juan José Molina Gallardo.

2 comentarios:

  1. Mire vd. yo pienso que en cuanto a calidades, nuestra "democracia" no tiene ninguna positiva. Fruto del consenso entre oportunistas y un aparato fascista, el parto de tal unión ha producido una pseudodemocracia oligárquica. Si empezamos por la ley electoral y seguimos por la inviolabilidad del jefe del estado, nuestra carta magna, ni es carta y en todo caso micro. Y a los hechos me remito. Ahora bien, si vd. pertenece a la casta política u oligárquica, bueno eso es otro cantar.

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  2. ¿Cuando se ha dado este consenso?

    Que yo sepa, el único consenso que pactan nuestros actuales políticos es cuando toca subirse los sueldos o las pensiones.

    Y así nos va.

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