Blog personal dedicado al análisis de la política nacional española y la local pitiusa y balear. Este es el blog de un militante de Unión Progreso y Democracia. Español, agnóstico, librepensador, demócrata.

jueves, 19 de marzo de 2009

Balanzas Fiscales = desequilibrio político.

Baleares y la rifa autonómica.

Nuestro gobierno inaugura el 2009 con una grata noticia para todas las autonomías, (también, se supone, al Balear): ¡por fin hay un reparto en abundancia y a voluntad para los territorios, atendiendo a todos los múltiples criterios que éstas hayan establecido para justificar más dinero!. La mala noticia es que lo único que se ha repartido en tamaña cuantía es...demagogia.

¿Cómo se ajustarán los criterios maximalistas de financiación de diversas comunidades que, recientemente, han aprobado unos estatutos que invaden competencias estatales en el reparto fiscal?. La justificación de todo este embrollo radica, según éstas, en el pretendido desequilibrio fiscal entre regiones. Y para legitimarse, presionaron todo lo que pudieron hasta que se publicaron los datos oficiales de balance fiscal interterritorial. Zapatero picó y se tragó todo el anzuelo, poniéndose a sí mismo en una posición difícil de justificar a ojos de los votantes o contribuyentes.

¿Y qué muestran las balanzas fiscales españolas?: En el general análisis de los múltiples criterios de contabilización en 2005 existían cuatro comunidades netamente deficitarias en cuanto a fiscalidad (aportan al estado más dinero de lo que éste revierte en el fondo de compensación interterritorial) que son, por orden de importancia, Madrid, Cataluña, Valencia y Baleares.

La demagogia está servida y nadie (ni en el PP, ni en IU, ni como no, en el propio PSOE) dice esta boca es mía ante el uso tramposo y mezquino que de estas cifras están haciendo los partidos nacionalistas. Por que publicar las balanzas, sin más, es una irresponsabilidad si no viene acompañada de la explicación pertinente de los hechos. Y los hechos, son otros muy distintos a los que claman los nacionalismos periféricos.

Cierto es que las mencionadas comunidades tienen déficit. Este déficit no es la ni más ni menos que la compensación de otro déficit esta vez a su favor que viene tiene su raíz, como bien indican Carlos Martínez Gorriarán y Mikel Buesa, en las balanzas comerciales entre territorios. Y no me refiero con ello a que las comunidades mencionadas son más ricas y por ello, por artículo directo, están obligadas a contribuir más (que sería, por otro lado, el razonamiento lógico para partidos de izquierdas, tampoco se les ha oído defender esta posición). No, de ningún modo les niego a los emprendedores y empresas residentes en esas comunidades su mérito ni su derecho legítimo a beneficios. Se trata más bien de que estas comunidades actúan indirectamente como agentes recaudadores de impuestos por toda España, algo que el propio “Informe sobre Metodología de Balanzas Fiscales” denomina “traslación de la carga fiscal”.

Intentaré interpretarlo con un sencillo ejemplo. Cada vez que, pongamos “La Caixa” o “Caja Madrid” , el BBVA, etc. nos cobran 10’00 € más I.V.A. de comisión por ingreso de talones; un porcentaje de esta comisión cubre los costes operativos, amortizaciones, alquileres, personal etc... que estas entidades gastan para su actividad. Démosle un valor de 7€. Los 4’6 euros restantes, serían el bruto antes de impuestos. De estos 4’6 €, por lo común el régimen fiscal español viene cobrándose una tercera parte, es decir, 1’53 €. De esto que se recauda, el 50% aproximadamente se queda en la comunidad autónoma sede de ese banco, y el resto pasa al Gobierno Central. Supongamos ahora, simplificando mucho, que el volumen de facturación de estas entidades en su propio territorio es del 50%, quiere decir esto que el 50% de los impuestos aportados por estos organismos al estado sí son repercutidos en los ciudadanos y empresas de su propia comunidad; el resto, sencillamente es “importado” de otras CCAA. Extiéndase mentalmente este ejemplo a todas las corporaciones, empresas, entidades y hasta profesionales que ejercen su actividad o venden sus productos en todo el territorio nacional pero que residen en estos centros económicos y se comprenderá el verdadero abasto de toda esta tributación diferida. Es lógico pues que exista un retorno de masa fiscal en forma de déficit de balanzas, puesto que, en realidad, no estaríamos más que redistribuyendo impuestos que previamente han sido “recolectados” allende el ámbito territorial de estas pocas comunidades autónomas.

No está nada claro que la metodología empleada y los criterios de imputación de carga/beneficio (pactados con las comunidades, que son parte interesada) recoja o compense este hecho en sus cuentas. Es muy vaga y difusa el reparto que se hace de ingresos (por censo en muchos casos, siendo las mas de las veces no realista tal imputación). Por último, no se tienen en cuenta en tal cómputo los réditos derivados de la masa de capital circulante que, de hecho, estas autonomías gestionan.

En este estado de cosas, interpretar que este déficit fiscal como expolio y con ello justificar la pretensión de que se queden gran parte o todos los impuestos dentro de esas comunidades autónomas es exactamente lo contrario a la “justicia fiscal” que estas regiones pretenden defender. Si esto llega a ocurrir sucederá que los impuestos que el resto de los territorios españoles pagamos indirectamente irán a parar a las comunidades más potentes. Lo que fiscalmente pueda parecer justo en un primer análisis será en realidad, esta vez sí, un expolio de las zonas más ricas sobre las más pobres. Lo mas irónico es que esto también es sabido (o tendría que serlo) tanto por los políticos autonómicos que se llenan la boca con sus inflamadas reivindicaciones como por los políticos gubernamentales que deberían defender la justa redistribución de impuestos. Lo prueban las airadas protestas habidas cada vez que se ha sugerido desplazar la sede de alguna gran corporación estatal a otra región (verbigracia, Endesa).

Pero existen tres excepciones extremas a este realidad redistributiva actual. Los dos conciertos económicos Vasco y Navarro, que, simplemente disponen cuanto dinero que recaudan éstos territorios menos unas leves compensaciones al estado (el cupo) por aquellos servicios que presta el estado a nivel nacional, aun siendo estas regiones también poderosos centros industriales y económicos que nutren sus beneficios de su actividad en toda España. El cálculo de este cupo es siempre opaco y sujeto a “mercadeo” político. Éste es, además, el hecho diferencial territorial en el que se basan el resto de las comunidades autónomas para reclamar su parte de la teta fiscal.

En tercer lugar, la grave situación de las Islas Baleares que es manifiestamente injusta. Aportamos, debido a nuestra patente dependencia industrial, agrícola y comercial, netamente más impuestos indirectos de los que nosotros podemos “recolectar” en el resto de España. Esta fiscalidad “trasladada” es repercutida directamente en nuestros balances, nadie más la paga por nosotros y así, los particulares, las empresas (grandes y pequeñas) y los profesionales de estas islas estamos contribuyendo de manera harto generosa a las arcas del estado con un retorno tan solo del 50% del equivalente medio de inversión per cápita nacional.

2 comentarios:

  1. !Conio, Pepón!...!Que semo nosotro!...!El Charne y el Juspa!...Lo primero que hemo hescho ha sio entrá a saludalte...Estamo seguro que con tu competensia y buén hasé, aportará tu granico de arena a la renovasión democrática de ette paí, que buena falta le hase...Sobre tó desde que esta partida de sarrasenos autóstonos, se siscaran la demoscrasia en lo andenes de Atoscha sin el menó pudós...
    Un abraso democrástico, copón...

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  2. Enhorabuena Pepe por crear un nuevo blog en la página de Ibiza-UPyD.Muy bien explicado lo de las balanzas fiscales. Cuando entramos junto con Portugal en la CE, el Fondo de Cohesión nos transfería anualmente miles de millones de pesetas. Alemania era el principal contribuyente a la vez que el primer exportador industrial. A cambio, habían ganado más de 40 millones de consumidores. Sólo los cuatro tonticos alemanes llamarón a esta rentable inversión "expolio".

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