Blog personal dedicado al análisis de la política nacional española y la local pitiusa y balear. Este es el blog de un militante de Unión Progreso y Democracia. Español, agnóstico, librepensador, demócrata.

lunes, 25 de mayo de 2009

¿Existe algún modo de compaginar esto?

He estado viendo el vídeo de un debate habido con Teresa Gimenez Barbat en la TV de Barcelona (creo), en la que participaba también nuestro paisano Bernat Joan. Paso a mostrar el link. Os lo recomiendo.

http://video.google.es/videoplay?docid=-4389714804041785381


El hecho es que, viéndolo detenidamente, uno piensa que ojalá el debate fuese tan cerebral y dialéctico en todos los ámbitos. Pero no es así. Y muchos, demasiados, se escoran hacia el lado visceral y animal del nacionalismo (de ambos sentidos). Esto es jugar con fuego, como ya he dicho en más de una ocasión.

El caso es que este debate, a mí como ciudadano que tiene el catalán ibicenco como lengua materna pero que muchas veces piensa en castellano, me produce un cierto dolor. Y me lo produce el hecho de ver cómo se reivindican puntos extremos de los planteamientos (sobre todo en el caso del catalán), sin siquiera plantearse teóricamente la posibilidad de un bilingüismo.

O sea, de entrada dos lenguas solo pueden coexistir en forma de diglosia, y por definición, en una diglosia siempre hay una lengua menor, y por definición tambien, esto implica una discriminación. Como ya he dicho en anteriores ocasiones, esto me parece un lugar común falaz, creado por el nacionalismo catalán para sublimar su verdadero objetivo que es el de construir una identidad nacional nueva, que reemplace a la española, mediante la instrumentalización de la enseñanza, muy fundamentalmente: la lengua vehicular, la historia y las ciencias "sociales". Yo rechazo esta supuesta "diglosia" obligatoria.

Argumentar a favor o en contra es meterse en un bucle, en donde los agravios y los menosprecios irán siempre subiendo de tono. No podemos purgar de ninguna manera los excesos del pasado excediéndodons de nuevo y en el sentido opuesto en el presente. Tampoco podemos achacar el fracaso de un proyecto histórico abortado a los otros, siempre los otros, sin hacer un ejercicio de reflexión serio y ver hasta qué punto hubieran cambiado las cosas de ser otras las circunstancias históricas. Puede que no hubieran cambiado lo más mínimo. Del mismo modo me duele la negación ignorante de la lengua catalana por parte de quienes piensan que es una lengua menor. Me molesta la poca sensibilidad de estas gentes para con sus iguales, en ambos casos.

Si antaño Garibaldi supo unir a un enjambre de republicas independientes, en lo que se conoce hoy como Italia, concitando la unidad nacional por encima de regionalismos miopes, hoy se prodigan los Garibaldis invertidos como Bernat Joan, que buscan la desintegración del estado, no solo el español, si no de todo estado, para volver a la utópica Aldea Soberana. El ideal tribal trasladado al siglo XXI. ¿No se da cuenta Bernat, que esta arcadia a la deriva que sería Eivissa Estat Associat duraría menos ante el embate cultural anglosajón (o el musulmán) que la llama de una vela en un huracán?

Puede que yo sea un producto minoritario, pero, en función de las circunstancias sociales y mi propia historia, me niego a tener que escoger entre una y otra: quiero las dos culturas, por que me enriquecen y su suma forma en mí algo de categoría superior. Por el mismo motivo me niego a ser discriminado profesional o administrativamente por no tener mis estudios de secundaria y/o universitarios acreditados en catalán. Es como si a un pez le exigieran un examen de ingeniería naval. El pez nada, y punto.

Y por cierto, siguiendo esta parábola, os remito al blog de nuestra compañera y protagonista del clip, Teresa Gimenez Barbat, que, curiosamente se titula Mujer-Pez.

Saludos.

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