No es el momento de hacerle la pelota servilmente a Obama. Por mucho carisma que desprenda, el carisma no se contagia por roce, (como tampoco se contagian la sabiduría, la inteligencia o la astucia). Si Aznar persiguió el oropel en las Azores, y se equivocó, Zapatero también se equivocará si persigue ser la sombra de Obama y hacerse amiguete suyo.
Lo que el G-20 está ventilado no es ni más ni menos que la finiquitación de la hegemonía económica norteamericana. Y este finiquito tiene su justificación en el uso tramposo que ha hecho Norteamerica de su fuerza monetaria.
Todo empezó una fresca mañana del 1 de junio de 1944 en Bretton Woods, en donde se abandona el patrón Oro y se adopta el Dolar Norteamericano como divisa internacional, con el acuerdo del mantenimiento de la convertibilidad de reservas, esto es, con el compromiso de E.E.U.U. de mantener el valor del dolar respaldado por los depósitos de oro de la reserva Federal. Ese compromiso saltó hecho añicos cuando el 15 de agosto de 1971 el presidente de EE.UU. Richard Nixon suspendió unilateralmente la convertibilidad del dólar en oro y devaluó éste un 10%, como resultado de un proceso de devaluación no declarada iniciado una década antes. Así, de este modo Norteamérica podía imprimir su propio Oro, mientras que el dolar siguiera siendo el patrón monetario internacional.
No contentos con esto, las políticas de usura, cuya mecha prendió Bill Clinton, y que Bush cebó con la metralla de su catastrófica política fiscal y la gestión de la Gerra de Irak, han hecho estallar la solvencia Norteamericana, hasta el punto de estar al borde de una recesión, tal vez peor que la de 1929.
Los 20 se reúnen, si, para tratar de establecer como remendar ese virgo, pero también para reclamar responsabilidades a los EE.UU., pues los billones (y digo bien: billones un diez con doce ceros detrás) de dólares emitidos en hipotecas basura por todo el mundo no hubieran podido ser colocados de no ser por el abuso de la posición dominante del Dolar como patrón monetario internacional.
Como todas las cosas caen por su propio peso, la insostenibilidad de la economía norteamericana ha terminado incluso por minar su único soporte en esos momentos, cual era la garantía de un valor fijo e inmutable internacionalmente para su moneda. No sin razón, China y Rusia reclaman ya el establecimiento de un nuevo patrón de divisa mundial, retomando el concepto original de John Maynard Keynes. De producirse esto, será el fin de la hegemonía económica y política norteamericana, y puede que el principio de su quiebra real y total como estado insolvente que ya es.
Obama y su equipo son conscientes de todo ello. Lo único que frena a los 20 ahora mismo es el miedo de que la quiebra del estado norteamericano llevaría al desastre al resto del mundo, por mor de los créditos contraídos y la deuda emitida por ese país. Lo que se discute no obstante no es si se puede salvar ese dinero, lo que se trata es de si merece la pena o no perderlo o esperar para, tal vez, perder todavía más.
Si, enmedio de este carajal, Zapatero se pone a tiro, resultará un tonto muy útil a sus intereses. Aquel que no se dignaba a levantarse frente a la bandera norteamericana será el que les ayude a prolongar la agonía mundial y terminar de perpetrar la estafa.
+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
!Joerrrr!...Pepe!....¿Tanto?....!La virgen!...
ResponderEliminar